¿No os parece increíble el giro que puede dar tu vida en tan solo un segundo? Hace unas seis semanas nuestras vidas eran “normales”, íbamos a clase, podíamos ir por la calle tranquilamente, hacer deporte, abrazar a nuestros seres queridos, … Pero de repente, de un momento a otro, cambiaron totalmente nuestras vidas. Todo lo que antes podíamos y amábamos hacer, todos esos abrazos, todos esos días en los que simplemente estábamos hablando con una amiga en la calle, riendo, contando anécdotas, tomando un helado, nada de eso es posible en estos momentos, ni siquiera ir a comprar con un mínimo de tranquilidad. Pero vamos a rebobinar en el tiempo, al principio de todo, cuándo se empezaron a oír noticias de un extraño virus en China.

Enero, ya están a punto de acabar las vacaciones de navidad, la gente se ha despejado de sus obligaciones y rutinas. Me encanta la navidad, es de las pocas veces que mi familia se reúne y los puedo ver, ya que, todos viven un poco lejos y normalmente solo les veo en navidad y pascua. Es una pena que ya estén acabando, ojalá duraran más tiempo y poder ver a mis amigos más veces para pasear o hacer cualquier cosa, pero bueno, es lo que toca, volver a la rutina y al instituto.

Primer dia de clases, ha sido un día bastante tranquilo, no hemos hecho mucha cosa durante las clases. Hora del patio, al fin tenemos un descanso y podremos hablar con los amigos y desconectar un rato. Hoy ha sido un día bastante frío, así que me he quedado sentada en el suelo donde daba un poco de sol, hablando con mis amigos sobre lo que habíamos hecho durante el fin de semana. De repente, empezamos a hablar sobre un tema del cual yo no estaba informada ya que no miré las noticias.

-Hey, ¿habéis oído lo de ese virus raro que hay en China?- Dijo Carlos.

-Sí, lo escuché ayer mientras cenaba -afirmó Paula mientras cogía un folio y su lápiz para ponerse a dibujar paisajes como de costumbre.

-Sí, y dicen que es bastante peligroso -comenté yo- ¿No os preocupa que llegue aquí?

-¡Que va! -Grita Pablo mientras se ríe- :¡Es imposible que llegue, está demasiado lejos!

-Ya… pero no creo que sea imposible…- Miro hacia otro lado intentando no pensar en esa posibilidad.

Ese dia estuve pensándolo mucho, pero preferí no comentarlo más e irme a dormir poco después de acabar de cenar.

A la mañana siguiente, mi madre se despertó un poco más pronto para prepararme unas tortitas caseras, es una gran cocinera, sus tortitas son las mejores que he probado, y además no llevan azúcar. Cuándo me despierto ya las puedo oler desde  mi habitación. Voy corriendo a cambiarme y peinarme para bajar lo antes posible. Al bajar me encuentro a mi madre preparando mi plato.

-¡Buenos días mamá! -Le digo sonriente-: ¡Que buena pinta, eres la mejor!

– Buenos días cariño, gracias, ahora te traeré el plato, puedes sentarte en el sofá.

-¡Vale! ¿Qué tal has dormido?- Le pregunto mientras voy hacia  el sofá.

-Pues muy bien, ¿y tú?

-Bien, pero he soñado una cosa muy rara -explico- aunque no me acuerdo muy bien…

Mi madre trae el desayuno y empezamos a hablar sobre ese tema que me preocupó tanto ayer.

-Pues no lo sé hija, no creo que pase nada, China está muy lejos.

-Pero… ¿y si llega?

-No te preocupes cariño, que estamos a salvo, anda, ves a limpiarte los diente que vas a llegar tarde a clase.

-De acuerdo…

Hago lo que me ha pedido mi madre y luego procedo a coger la maleta y salir.

-¡Adiós mama!

-Adiós, ves con cuidado!

Llego al instituto y voy a las clases que me corresponden. A la hora del patio vuelvo a ver a Carlos, Paula y Pablo en el mismo sitio de cada dia, pero hoy no han comentado nada sobre el tema de ayer, no parecen preocupados.

Pasan las horas y ya toca el timbre que indica el final de las clases del día de hoy. Cojo mis cosas y me dirijo a mi casa. Al llegar me doy cuenta de que mi madre aún no ha llegado a casa y me ha dejado una nota que pone que tengo que preparar yo la comida, ya que tiene una reunión importante y va a llegar tarde. 

Me pongo manos a la obra y me pongo las noticias para enterarme un poco más sobre el virus. Al parecer es altamente contagioso, cada vez me preocupa más este tema…

Llega mi padre del trabajo, le doy un abrazo y le pido que ponga la mesa.

-¿Hola papa! -le saludo- ¿Qué tal ha ido el trabajo?

-Hola pequeña, muy bien, aunque bastante agotador.

-Me alegro

-¿Y a ti que tal te han ido las clases?

-Pues bastante bien, hoy hemos hecho una clase en el laboratorio, ha sido muy divertido.

-Que guay, me alegro.

-En un momento la comida estará lista.

-¿Y mama?

-Tiene una reunión, llegará tarde.

-Ah, vale.- Dice mientras se sienta en el sofá esperando la comida- :¿Que has preparado para comer hoy? 

-Pollo al curry.

-¡Mmmm, me encanta!

Llevo la comida a la mesa y empezamos a comer.

-Papa.

-Dime pequeña.

-¿Qué opinas sobre ese virus que hay en China?

-¿A qué te refieres con que opino?

-¿Estás preocupado porque pueda llegar aquí?

-Pues no mucho la verdad, pero siempre está esa intriga, siempre está esa posibilidad. Pero ahora no te tienes que preocupar por eso.

-Claro…

Seguimos comiendo tranquilamente mientras comentamos algunas cosas que hemos hecho durante el dia. 

Al terminar de comer voy a limpiar los platos y me dirijo a mi habitación para hacer los deberes que me han dado esta mañana, así podré ver a Paula esta tarde.

Paula es mi mejor amiga desde hace muchos años, siempre nos reímos un montón juntas, y además, es alguien en quien confío muchísimo.

He terminado los deberes, así que cojo el teléfono y aviso a mi amiga para que nos veamos ahora en el parque para patinar un rato. 

-¡Hey! Ya he terminado los deberes, ¿nos vemos en diez minutos en el parque con los patines?

-¡Hola, claro! Ahí nos vemos.

Como siempre, llega tarde, esta niña no tiene remedio.

Me siento en un banco para ponerme los patines mientras la espero.

-¡Bu! -Paula me asusta por la espalda.

-¡Ah!- Grito- ¡Loca, me has asustado!

-Esa era la intención -dice mientras suelta una carcajada.

-Anda, ponte los patines, te espero.

-¡Sí!

Se pone los patines y empezamos a patinar. Me encanta patinar, sobretodo cuando estoy con más gente.

Cae la noche, es hora de volver a casa.

-Yo debería irme ya a casa, aún no he visto a mi madre desde que he salido por la mañana.

-Yo también debería irme. -Dice Paula- :Se ha hecho bastante tarde.

-¿Nos vemos mañana en el instituto?

-¡Claro!

-Adiós

-Adiós, hasta mañana.

Nos despedimos y voy corriendo a casa. Al llegar me encuentro a mis padres hablando en la cocina mientras hacen la cena.

-¡Hola mama, hola papa!

-Hola, ¿que tal ha ido?

-Muy bien

-Me alegro

-¿A ti que tal la reunión?

-¡Genial, me han ascendido supervisora!

-¡Que bien mama, tenemos que celebrarlo!

-Claro cariño, lo celebraremos mañana, iremos  una excursión, luego iremos a comer a un restaurante.

-¡Bien!

Cenamos y nos vamos a dormir. ¡Hoy ha sido un buen día!

Un tiempo después, empezaron a llegar noticias de que el virus se estaba extendiendo muy rápido y que ya había llegado a Italia. Estaba bastante preocupada, así que se lo comenté a mis padres y amigos. Parecían más preocupados que antes, pero seguían  sin darle mucha importancia.

Más tarde empezó a haber noticias de que ya hay casos de este virus en España, ahora sí que estoy asustada..

Sábado 14 de marzo de 2020:

Empieza el confinamiento, ya no podemos salir de casa a no ser que sea para ir a comprar. Como he dicho al principio de esta historia, las cosas pueden cambiar drásticamente en muy poco tiempo. Nuestras vidas ya no son las mismas, pero no nos tenemos que poner nerviosos, tenemos que mantener la calma y ayudar a la gente, sobretodo a las personas mayores. Ahora solo queda esperar a que acabe todo esto y poder salir y cuándo acabe, podremos volver a nuestras vidas.

Categories: Narracions

0 comentaris

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *